Mayores maltratados, la última vergüenza

No se me ocurre nada peor que maltratar a un ser humano indefenso. Por eso me aterra leer
hoy en la prensa que en Barcelona han habido 454 sospechas de maltrato a personas de más
de 60 años. Al leerlo he imaginado a mis padres de 95 y 92 años, indefensos, en la foto.
Inquieto he consultado otras fuentes.

Según la Organización Mundial de la Salud, en un comunicado de junio de 2022 , en nuestro
entorno comunitario, 1 de cada 6 personas de más de 60 años -un cuarto de la población- son
agredidos cada año. Esto es : 31,2 millones de maltratados en una Europa de 750 millones de
habitantes . Y de ellos, aplicando una sencilla regla de tres, casi 2 en España…Hemos dicho de
millones…

Otro dato aún peor según esta misma fuente, es que más del 62% del personal que se dedica a
cuidar a mayores, reconoce haber cometido alguna tropelía con ellos…

Contra aquellos a los que debemos en buena parte la construcción de nuestra sociedad ,
atropello y ninguneo cuando ya no se pueden defender… Y aunque no fueran conscientes por
el propio deterioro cognitivo… ¿Hay algo peor?.

No quiero pensar en los que mueren por falta de atención, semiabandonados…O cuidados
aparentemente pero dejados real y absolutamente solos en sus últimos momentos de vida .
Tal como Isidre Fainé me dijo en una ocasión, debería haber mayor responsabilidad “con las
muchísimas personas que mueren con muchos tubitos, pero completamente solas, como
gatos”.

Aún así no todo es malo, ni mucho menos . Tenemos que agradecer la profesionalidad y sobre
todo el cariño de los miles y miles de cuidadores y cuidadoras que consiguen mantener con
dignidad y actitud encomiable un buen equilibrio entre el deber y el amor.

Para finalizar. Debemos fijar nuestra atención en colectivos vulnerables para protegerlos ,
como el de los mayores, los niños o las las mujeres que también son víctimas de violencia de
género ( 32.644 en el año 2022 en España ) sí, … pero priorizando en base a la magnitud y
cantidad de los daños.

Mucha más educación , más atención familiar a los valores, mayor ejemplaridad pública,
intransigencia y tolerancia 0 y desarrollo de la cultura ejemplarizante del respeto.
¡Por nuestros mayores, a los que tanto debemos!.

© Antonio Agustín