Reír alarga la vida: ¡Gracias Ibáñez!

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Yo era otro de tantos seguidores de Filemón ( más que de Mortadelo), de los vecinos de 13 Rue del Percebe, del Botones Sacarino, de Zipi y Zape, de Anacleto el Agente Secreto y del genial Rompetechos.

La muerte de su creador ha sido una pérdida enorme y muy dolorosa . Imposible de reparar en tiempos que todo parece fácilmente sustituible con piezas comprables en Amazon.

Ya no habrán más viñetas de este generosísimo y entrañable ser humano (aunque nos podamos refugiar en lo escrito y dibujado) ni nuevas ocurrencias locas que como siempre nos hagan reír o sonreír.

Fue el rey de lo cotidiano, de las pistolas de madera, de lo hispano que se rompe con la broma, de la normalidad sin idiomas que quiere ser internacional , de las camisas de franela, los moños, los bigotes posfranquistas y las chaquetas, corbatas, lazos y americanas de una especie de personajes -parecen oficinistas funcionarios- surgidos de un ministerio imaginario. Siempre con rabietas pero siempre amigos. Todos viviendo un universo ,un día a día desternillante al tiempo que extremadamente amable, cálido y humano.

Dicen algunos expertos que la risa y la sonrisa natural alargan la vida en cuatro años y medio. Y que la perdemos con la edad : mientras los niños pueden llegar a reír 300 veces al día, los adultos estamos más cerca de las 15 (*).

Propongo hacer una lista pública de “Seguidores agradecidos de Francisco Ibáñez ”. Si se hace, me da igual el orden. Quiero estar en ella para que conste mi gratitud eterna.

Es imposible irse de este mundo con mejor balance.

(*) El neurólogo Scott Weems dijo que la risa : “Estimula el sistema inmune, Incrementa el umbral del dolor, Acelera el ritmo
cardiaco, Incrementa el aporte de oxígeno al cerebro, Reduce el estrés, Eleva el estado de ánimo, Fomenta el bienestar
psicológico, y Nos hace más inteligentes”…En fin.

© Antonio Agustín

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