Nacho González es consejero delegado de Nueva Pescanova y vicepresidente de la Asociación de Empresas de Gran Consumo (Aecoc), además de uno de los directivos más destacados y con más futuro del sector.
Nacho encanta a muchos porque es un tipo normal que aparenta no sentirse bien en fastos ni llevando traje a medida ni corbata de nudo ancho. Tiene -diría yo- un estudiado deje de ligera dejadez que le hace próximo. Le encanta por ejemplo el fútbol -el Real Madrid- y cuando habla dice “macho” con la frecuencia propia del que habla con amigos. Genera paz y buen rollo, habla de valores con sencillez y quienes le conocen aseguran que le preocupan las personas más que la cuenta de explotación.
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Transmite calma y buen rollo, habla de valores con sencillez y quienes le conocen aseguran que le preocupan las personas más que la cuenta de explotación
Nacho sonríe casi siempre y tiene la actitud propia de un optimista tenaz, que además transmite calma, control y seguridad. Quienes han trabajado con él dicen que se sienten valorados y protegidos.
En este sector del gran consumo Nacho es protagonista hace muchos años, antes como distribuidor en Continente (luego Carrefour) y más tarde desde la otra trinchera como fabricante en Campofrío primero y en Pescanova después.
El trabajo que está haciendo en Nueva Pescanova es propio de un manual avanzado del management
Si lo habitual es que los directivos vayan poco a poco acercándose a las primera filas del gran salón de actos del congreso de Aecoc, a Nacho lo recordamos ya hace muchos años por allí pero como sin darle importancia al hecho, con pinta de ser despistado o simplemente uno más. Es sabido que el trabajo que está haciendo en Nueva Pescanova es propio de un manual avanzado del management.
Aterrizó en un planeta hecho a la sombra de un empresario personalista, lastrado por una enorme deuda e instalado en un profundo desequilibrio patrimonial. Con ventas eso sí, en buena dirección y dotada de un equipo solvente y bien valorado por los grandes, medianos y pequeños clientes de la distribución. El caso es que decidió empujar este gran barco gallego en base a diez principios que de repetirlos y aplicarlos se han convertido en lección casi universal.
Permitidme un somero repaso a este decálogo de oro que está resultando ser clave para reinterpretar con éxito viejas partituras.
- Lo primero es tener voluntad de transformar. A todos se nos llena la boca de deseos pero sin haber estudiado los medios. Querer es poder si hay con qué y vamos con ímpetu del de verdad.
- Además de arrojo y ganas es esencial el equipo. Tener gente alineada en una causa compartida. Buenos y que tengan sentimiento de piezas imprescindibles de un puzzle complejo e ilusionante. Los líderes sin gente no avanzan y sabemos seguro que en la “vieja” Pescanova ya se encontró con excelente material.
- Tener un plan. Camino trazado, Ítaca real, destino. En qué dirección, con qué medios, cuánto tiempo…
- Comunicar, comunicar y comunicar. Hacia fuera, por supuesto, pero también hacia dentro: que el equipo pueda sentirse satisfecho de que le pongan medallas, por otro lado, bien merecidas.
- Optimismo. Sin confianza sana y alegre, de la buena, sin alegría contenida, sin ver lo positivo el panorama es negro. Cada mañana hay que encontrar un sentido.
- Y por supuesto, objetivos ambiciosos. Fuera de límites incluso. El largo y difícil recorrido hace que el viaje se convierta en gesta. Y eso gusta. Pájaro que ve lejos vuela alto.
- Trabajar. Poner carne en el asador, mojarse hasta las cejas, empaparse hasta la médula, para permitir, como decía Pablo Picasso, que la inspiración nos pille trabajando.
- Celebrarlo todo, especialmente las victorias y pequeños logros redactando una historia positiva y memorable.
- Eliminar las barreras y desprenderse de los prejuicios. ¿Por qué no? Hicieron un estudio entre gente muy mayor preguntando de qué acciones se arrepentían más. La respuesta fue otra: el mayor “pero” se refería a lo que no habían hecho. No hay peor gestión que la no hecha, decía Riera Marsá.
- Y diez, dice Nacho que la más difícil, respetar la historia mientras transformas la cultura. La historia que genera identidad cultural, de marca, de… Creo sinceramente que la última campaña publicitaria de los bigotes entronca divinamente el pretérito imperfecto con el presente continuo
Cada día que pasa estoy más convencido de que entre los empresarios y directivos de este sector hay auténticos transformadores de la sociedad. Hablamos demasiado de políticos y poco de personas que hacen mucho para mejorar las condiciones de muchos y que vivamos en un mundo mejor.
Antonio Agustín
Consejero, escritor y experto en distribución