Arizmendiarrieta o el roble vasco

Arizmendiarrieta o el roble vasco

En nuestro capítulo semanal de Gente que ha hecho mucho y bien (Talento y Talante como dice nuestro anterior protagonista Javier Robles) rompo en esta ocasión con la condición tácita de escribir únicamente sobre personas que he conocido o tratado. José María Arizmendiarrieta, el fundador de Eroski, es un hombre sobradamente conocido, del que con el tiempo he ido recabando testimonios y he tenido la oportunidad de analizar sus textos. Retomo la reflexión que hice hace ya varios meses en este mismo medio.

Hace unos 10 años, durante un Congreso de Aecoc, Antonio Cancelo -no lo recordará- me escribió en un posavasos: Arizmendiarrieta, PENSAMIENTOS.

Era el nombre del fundador de las cooperativas de Mondragón -y, por lo tanto, de Eroski– y el título de su misterioso libro, que conseguí en la red y acabé imprimiendo al comprobar que merecía subrayar, anotar y revisar.

Quedé prendado. Un cura, sí, que con un enorme sentido social y práctico puso en marcha el mayor grupo cooperativo del mundo.

Durante meses llevé en la cartera de mano una fotocopia del libro que releía en AVEs y aviones… Aproveché para comentar a héroes y villanos el hallazgo-tesoro y pedí su opinión sobre el mágico breviario, recibiendo, es la verdad, poquísimas respuestas… Porque casi nadie reconocía ni haberlo leído ni conocerlo.

He sabido que hace unos meses se ha realizado un documental televisivo sobre este gran hombre. Ha sido la espoleta que cuando ha hecho click me he motivado a rebuscar mis documentos antiguos.

PRIMER NIVEL: EL HOMBRE

Lo primero es el hombre, pieza de menor tamaño, pero repleta de grandeza: “No se puede practicar justicia sin saber qué es la dignidad humana… que es la base de todo el movimiento».

«No hay un hombre inútil, sino hombres mal utilizados». Y, junto al hombre, la enseñanza como eslabón esencial de desarrollo… «La herencia más triste no es la falta de oportunidades económicas, sino la falta de oportunidades para educarse» y, en consecuencia,»nuestra mente depende más de las aulas por las que hemos pasado que de las cunas en las que hemos nacido».

«No hay un hombre inútil, sino hombres mal utilizados»

SEGUNDO NIVEL: EL TRABAJO

Una de las pasiones esenciales del ser humano es el trabajo: «El mundo se nos ha dado para transformarlo más que para contemplarlo… y, de hecho, el signo de vitalidad no es durar sino cambiar”.

Además de digna ocupación ,»el trabajo es una forma de desarrollarse como persona. El trabajo transforma y hace fecunda la naturaleza…. Porque, de hecho, es el atributo que otorga al hombre el máximo honor de ser cooperador de Dios».

El trabajo, instrumento transformador del mundo y de desarrollo personal.

TERCER NIVEL: LAS ORGANIZACIONES EMPRESARIALES Y EL MUNDO

Por encima del hombre y su trabajo están las organizaciones. «La cooperativa es una estructura en la que el trabajo y la persona son lo esencial, teniendo el capital carácter subordinado». La buena conjunción de hombre, trabajo y capital viene a ser un rodamiento muy engrasado que permite cambiar la sociedad: «La instauración de un nuevo orden social necesita que actuemos en solidario, no en plan guerrillero». Claro. Para ello la cooperativa es la trama ideal:

«La cooperativa es una estructura en la que el trabajo y la persona son lo esencial teniendo el capital carácter subordinado». Hay un tinte moral que no se puede soslayar.

«La revolución económica será moral o no será. La revolución moral será económica o no será”. Es más , «la eficiencia por la eficiencia no es humana» porque «el desarrollo económico es un medio, no un fin» y lo colectivo, lo común, tiene un plus: «Quien va a una cooperativa no debe pensar en la propia promoción sin pensar en los demás».

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Tanto libro de management insulso me motiva a reclamar a autores y personajes locales que como éste ganan en casi todo: contenidos, claridad de ideas, sentido del negocio y adaptación al medio
Antonio Agustín

Tanto libro de management insulso me motiva a reclamar a autores y personajes locales que como éste ganan en casi todo: contenidos, claridad de ideas, sentido del negocio y adaptación al medio. Dicen que cuando a Don José María le dio la primera angina de pecho, sus amigos le sustituyeron por sorpresa la vieja bicicleta (debía de ser la que sale en las fotos) por un velosolex para que no hiciera ejercicio en exceso. Los que estaban convencidos de que no cambiaría de montura se equivocaron. El viejo párroco de Markina continuó pedaleando, sí, pero ayudado de un modesto motor unos cuantos años más. Visión de futuro y adaptación al cambio.

Aseguro que es una delicia leer a alguien tan lúcido, emprendedor y práctico («ideas buenas son las que se convierten en realidad»). Aunque en ocasiones resulta un poco rudo se acaba sintiendo como muy vasco pero también muy cálido, lo que lo hace en consecuencia muy nuestro.

Y finalizando ya, para curiosos, ‘aritz’ significa ‘roble’ en vasco (el árbol sagrado) y ‘mendarieta’, ‘gratificante’. Qué bonito.

Antonio Agustín
Consejero, escritor y experto en distribución